Pertenecías a
una gran familia que fue totalmente aniquilada por aquellos que solo se
diferencian de los Hunos en las armas que llevan, pero que los efectos son los mismos. Por donde pasan
no dejan nada más que los signos de desolación y a ti te han embalsamado como
tal, para que no nos olvidemos de que por aquí han pasado los Ellos, no los
Hunos sino Otros..
Los Hunos
venían con sus caballos y armas , los Ellos vinieron con sus papeles y lápices,
con las cuentas hechas por sus jefes , sin moverse desde su poltrona. Nos
cortaron el suministro de alimentos, como ya ocurrió en la época de los
romanos, nos dejaron morir por hambre y luego nos arrasaron..
De la misma
forma que los romanos dejaron el castillo derruido a ti te dejaron muerto, pero
embalsamado.
Tanto los
Romanos , como los Hunos, como los Ellos o como los que después vengan SE
EQUIVOCAN.
Pueden matar
la materia, pero no el espíritu .En el espíritu se encuentra la fuerza, la
cultura y la tradición , pero a ninguna de las tres se las puede matar nunca.
Cuanto más se les persigue y maltratan más grande se hacen.
No saben los
Ellos que en tu figura embalsamada, no solo está tu espíritu, sino el de toda
aquella gran familia que a principios del siglo veinte se instaló en los terrenos
hoy desolados.
Tu presencia,
aunque embalsamado, nos sirve a los supervivientes como estimulo para seguir
luchando y con nuestra lucha , demostrar a los Ellos que no están solos y que
tarde o temprano cada cual ocupará su espacio.
Estas
padeciendo mucho, pero no desfallezcas,
sigue erguido y demostrando tu alegría con esos toques de sirena, que al
oírlos nos quitan años de encima.
GRACIAS, HORNO ALTO NUMERO 2
José Pérez
Zamora
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