sábado, 17 de enero de 2015

Amparo Gil Llorens. Calles adornadas.

   



       Era el verano del año 1953, y aquí en Sagunto se celebraron las fiestas patronales centenarias de San Abdón y Senén, a los que se conoce como los Santos de la Piedra – será por las tormentas de verano- pues se celebran el 30  de Julio.                                                                                                                                                                                                                                        Tenía ocho años y vivía en la calle del Buen Suceso nº 33, que está situada hacia el norte de la ciudad. Fueron las vivencias de unas fiestas inolvidables, pues se organizó en arreglar las calles lo  más bonitas posible. Todas las tardes las vecinas se reunían en una casa con una planta baja muy grande y allí se preparaban los adornos, que eran con hojas de maíz hacer unas guirnaldas, y yo junto con mis amigas nos encantaba ir ayudar a pelar las mazorcas y recoger las hojas, otra gente mayor las tintaba de colores y ya secas unían con hilo para colgarlas en lo alto de las casas. Se hicieron también unas lámparas de cañas cortados en pedazos pequeños, era mi padre el encargado de cortar todas las cañas que fueron necesarias. A mí me encantaba todo aquel trajín pues se hacía con mucha armonía, no faltaban nunca risas y novelas radiofónicas. Me gustaba escuchar lo que hablaba la gente mayor, pero a las niñas nos mandaban a jugar pues siempre se contaba algún chiste picante.
Aquellas fiestas y la calle donde pasé mi infancia fueron  inolvidables, y siempre perdurarán en mi memoria, le dieron el tercer premio a la calle mejor adornada.                   
Amparo Gil  Llorens     


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