Aquí en Sagunto hay una ermita que está situada en la Plaza de la Sangre Nueva, y que le da su nombre. Es este lugar para mí muy sentimental, porque desde pequeño la he pisado con mucho cariño. Y diréis, ¿por qué? Por allí ha pasado toda mi familia por parte de mi padre, y me infundieron todos ellos un amor a la ermita que lo tendré toda la vida, mientras viva.
Es para mí muy
emocionante ver salir las imágenes, todas, pero en especial cuando sale la
imagen de la Soledad, que se hizo en el año 1945 (yo no había nacido, pero nací
ese mismo año, en diciembre). Mi madre me dijo que las estrella que llevaba la
Virgen las cosió ella, hoy se ha reformado, pero la imagen es la misma, y yo,
cuando la veo salir, veo a mi madre y me acuerdo de ella y es una emoción que
casi lloro.
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