En la calle
Barcelona esquina con Camp de Morvedre mi padre tenia un
ultramarinos. En 1980 algunos Domingos iba al poligono industrial
Sepes a ver carreras de motos de aficionados. En una de ellas mi
hermano se cayó en una curva y nos asustamos mucho.
Va armándonos, desarmando lo que somos, la ciudad: con el propósito de contar ese continuo hacerse y deshacerse, miramos en sus pedazos: un patio, los futbolines de la esquina, esa plaza, el muelle. La fotografía y la escritura recortan el espacio que hemos preferido para decirnos. Este Callejero algo sentimental sirve para andar Sagunto y sus países vecinos siguiendo el itinerario abierto de las historias ilustradas de sus habitantes más o menos pasajeros.
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