En
dos mil trece fue el momento en el que mi mujer y yo decidimos
cambiar la residencia de Madrid a Valencia, concretamente a Puerto
Sagunto, por la buena temperatura que existente en la zona y por la
buena armonía que hay con las amistades y quedando como quedó mi
mujer en el paro, fue lo que nos motivó, más que de sobra, para
proceder a hacer el traslado desde Madrid.
Transcurrido
un tiempo, y ya residiendo en Puerto Sagunto, y con el conocimiento
que teníamos de lo bien que me venía la piscina y la buena
temperatura para la lesión que padezco, en vista de ello fui
a la piscina que hay al lado de casa para hablar con el responsable,
a ver en
que horario podía ir.
Una
vez que hablé
con los responsables y me informaron
del horario libre y de cursos
de natación existentes, mi decisión fue la de comenzar a ir a la
hora en el que da comienzo la
actividad en la piscina y
además en horario libre, esto es entrada a las siete y media de la
mañana hasta el inicio del curso a las nueve y media, porque
comienzan los cursos de
natación unos quince minutos después de haber terminado yo.
Mas
o menos llevaba yendo un mes
a la piscina, cuando me enteré
que estaba acudiendo
a la misma,
una Asociación de discapacitados: DISCAM,
que es como se llama la citada Asociación, e intenté
ponerme en contacto con ellos, consiguiendo hablar
con el presidente, mira por donde es un Policía Nacional, quien
padece una esclerosis múltiple, siendo él quien me dijo que no
había
problema si
me
daba de
alta en la Asociación y que
podía empezar la piscina
cuando quisiera.
La
citada Asociación DISCAM,
van a la piscina los lunes, miércoles y viernes de doce y cuarto
hasta las trece horas.
Yo
sigo yendo de lunes a viernes en horario libre, me levanto a las seis
cuarenta y cinco, me visto, me lavo y me voy a andar, y más o menos
me hago un kilómetro antes de entrar en la piscina, donde estoy
hasta las nueve y media y cuando salgo, me voy a hacer otro kilómetro
antes de ir para casa y con la Asociación los días señalados para
ellos, por los responsables de la piscina.
Los
monitores son agradables y saben lo que hacen, ya que el tiempo que
estoy en la piscina, prácticamente el monitor está conmigo, eso sí
sin perder de vista las otras calles.
Hay
una monitora, SUSANA,
una persona excelente y que está
en el turno de mañana, lleva
sin ir a la piscina, aproximadamente, desde abril, por una
intervención en las rodillas que le dolían mucho, desconociendo su
origen. Ella fue la que me habló
de la Asociación DISCAM,
además de ser quien me dió
las tablas de ejercicios que voy haciendo dentro y fuera del agua.
Voy
haciendo amigos en la piscina de
distintas edades y cada día me encuentro mejor.
PISCINA ALMUDAFER |
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bien M. Angel una experiencia muy bonita pero un poquito larga, ¿no crees?
ResponderEliminarMuy bien M. Angel una experiencia muy bonita pero un poquito larga, ¿no crees?
ResponderEliminarMiguel Ángel, tu actitud y fortaleza son dignas de admiración. ¡Bravo por las personas valientes como tu!
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